Una tienda es un establecimiento comercial, callejero o situado dentro de centros comerciales, de venta de productos de fabricación propia o de terceros.
El sector inmobiliario de Portugal está en expansión y cada vez más atractivo, especialmente para compradores/inversores extranjeros. Representan el 87% del volumen de negociación en el año 2018 en el segmento comercial, frente al 13% de los inversores nacionales. En cuanto a la nacionalidad de los inversores extranjeros, los estadounidenses han sido los más activos.
Si se tiene una tienda para alquilar es necesario tener un tipo de contrato de alquiler no residencial, en el que se cede el usufructo de una propiedad a cambio de un pago, con el fin de ejercer una actividad comercial en ella.
Al alquilar una tienda, cualquiera que sea el negocio, aunque sea un trabajo independiente, existe la obligación de seguir las reglas del nuevo régimen de arrendamiento urbano. Sin embargo, en este tipo de régimen de arrendamiento comercial (no residencial), la libertad contractual es elevada y casi todas las normas contractuales quedan a disposición de las partes. Así, el propietario y el empresario pueden establecer libremente en el contrato las normas relativas a la duración, la rescisión y la oposición a la renovación. Pueden decidir la duración del contrato de la tienda y, si no se oponen, el contrato se renueva por 5 años.
Los contratos celebrados antes de 1995 tienen un mecanismo de negociación de la renta entre las dos partes, con un período de transición de 5 años (para las pequeñas empresas) o 10 años.
El contrato de arrendamiento comercial es diferente del contrato de arrendamiento operativo (o de establecimiento), ya que en él se cede temporalmente, previo pago, la unidad económica consistente en un determinado establecimiento comercial, del que forma parte la propiedad del inmueble en el que se inserta.
Si se quiere alquilar una tienda, hay que tener en cuenta algunos aspectos además del precio. La competencia, el acceso y el perfil del público destinatario deben definirse a la hora de decidir la ubicación de la tienda. No es una decisión fácil, especialmente para empresarios menos experimentados, una buena planificación es muy importante y por eso estamos aquí para ayudarle en este proceso.
Algunos de los criterios de selección son los mismos que para una propiedad residencial: es necesario evaluar el lugar, las características del entorno, si el sitio tiene un sistema de cañerías de agua, luz, alcantarillado y comunicaciones. También hay otras preocupaciones más específicas sobre las propiedades comerciales: hay que evaluar la capacidad de la tienda para el negocio en cuestión, si tiene fácil acceso, si tiene aparcamiento cerca, si tiene zonas de carga y descarga y si está bien servida por el transporte público.
Para alquilar una tienda, se debe celebrar el contrato de arrendamiento comercial, industrial o para el ejercicio de una profesión liberal, que forma parte de la tipología de los contratos no habitacionales. En este caso, como se ha indicado anteriormente, existe una gran libertad contractual para ambas partes.
A continuación, presentamos los documentos necesarios para alquilar una tienda. El contrato debe imprimirse por triplicado, un ejemplar para el propietario, otro para el inquilino y otro para la entrega en la oficina de impuestos. Todavía se requiere una licencia de uso expedida por el Ayuntamiento hace menos de 8 años. La duración del contrato es de 5 años y para su preparación se requieren los siguientes documentos: